domingo, 16 de julio de 2023

LA CHICA SOBRE LA CALZADA

Autor: Martín A. Fernández Ch.

Fecha: 07/06/2023

 

Salieron temprano en la mañana para ir al mercado de los sábados, el cual se acostumbra a instalarse en un tramo de calle ubicado a dos cuadras del edificio donde vivían. Él llevaba a sus dos únicos hijos, de 9 y 10 años, varón y hembra, agarrados de manos. Cuando pasaron frente al centro comercial que quedaba cerca, se encontraron a una mujer tendida sobre la calle y con dos policías a su lado cuidándola. No había rastro de que le hubiese ocurrido algún accidente, o un atraco, ni cualquier otra situación que evidenciara esa condición. Estaba tendida. Parecía que estuviese dormida abrazando placenteramente el asfalto.

El niño, angustiado, con un tono de voz que mostraba angustia por lo sucedido a la chica, le preguntó a su padre:

Papá ¿Qué le pasó a esa mujer?

Quien le respondió:

La verdad que no sé, parece que se hubiese dormido.

Pero él intuía que podría tratarse de una mujer desmayada, producto de una borrachera nocturna, puesto que conocía que en ese centro comercial existían lugares de diversión para adultos, tales como burdeles, bares y de apuestas. Información que no quería compartir con los niños.

La niña estaba muy callada puesto que la escena la había impactado. Solo se atrevió a preguntar:

̶ ¿Y esos policías por qué no hacen algo?

El Papá le indicó que no la podían mover hasta saber qué fue lo que realmente le pasó.

Siguieron caminando al mercado. Los niños se agarraron más fuertes de las manos del Papá. Cuando llegaron al mercadito, se encontraron con una multitud de personas, un ambiente muy distinto al anterior lugar. Era otro mundo, uno de jolgorio, cada quien a lo suyo. Ellos ya sabían a lo que iban: comprar un ramo de flores y el desayuno.

Él decidió comprar margaritas blancas, porque siempre le recuerdan a su mamá, pero esta vez las acompañó de varios nardos, que desprendían una exquisita fragancia. Para desayunar, compraron cachapas con queso de mano, las cuales pidieron para llevar, puesto que comer en ese lugar era muy incómodo; además, había que tener cuidado con algunas moscas presentes. Cuando esperaban el pedido, vieron a una hermosa mujer, alta, de edad madura, parada al frente de ellos, que empezó a respirar de manera nerviosa, su semblante se puso amarillo pálido y, mientras sus ojos se le ponían en blanco, se desplomó hacia atrás. No hubo tiempo para amortiguarle la caída, dándose un duro golpe en la cabeza, y quedó desmayada sobre la calzada. Los que conversaban a su alrededor se apresuraron en atenderla. Algunos decían que se le había bajado la tensión, otros que se trataba de un infarto, hasta alguien llegó a mencionar que se trataba de un ACV. El Papá prefirió no opinar y llamó a emergencia.

Los niños, entre ellos, se dijeron que seguramente eso mismo le había pasado a la chica sobre la calzada, la que habían visto antes, pero que estaba sola cuando se desmayó y que por eso nadie la había atendido. Y que esos policías no servían, porque ni siquiera se atrevieron a levantarla, al contrario de ésta ocasión. El Papá, que los había escuchado, les dijo “¡Seguro hicieron como Yo, llamar a emergencias!”.  

FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ÚLTIMA CONVERSACIÓN

Autor Martín Fernández Fecha de publicación: 31/08/2024   Al pie de un arbusto, resguardado en una morada con forma de cueva hecha con...